Desconectados
Cuando el viejo y duro general israelà Ariel Sharon, héroe de guerra, caudillo de la derecha populista y entonces primer ministro de su paÃs, presidió sobre la llamada "desconexión" de Gaza, entre junio del 2004 y agosto del 2005, su movida sorprendió. La retirada unilateral de unos ocho mil colonos de veintiún asentamientos judÃos en la Franja, forzada por el ejército israelà a punta de fusil, indignó a los colonos judÃos ortodoxos que vaciaban sus casas con sus ojos cargados de lágrimas, sintiéndose traicionados por el mismo gobierno que los habÃa invitado a poblar esos asentamientos con sus familias pocos años atrás, para hacer patria ocupando territorio palestino.
¿Acaso el general se habÃa vuelto loco? ¿Acaso Israel reconocÃa su propia debilidad y se batÃa en retirada? ¿Empezaba una nueva etapa de mutuo respeto y aceptación entre israelÃes y palestinos? Según Sharon informara al parlamento israelÃ, "en el marco del Plan de Desconexión, Israel fortalecerá el control sobre las mismas áreas de Territorio de Israel que constituirá parte del Estado de Israel en cualquier acuerdo futuro". Al ceder territorio militarmente conquistado, ¿Sharon estaba sentando las bases para firmar la paz?
Cuando llegó la desconexión, entre tantas broncas y esperanzas y emociones encontradas, era difÃcil anticipar las consecuencias de aquella jugada de viejo zorro. Pocos meses más tarde Sharon sufrió un derrame cerebral que lo tuvo inconsciente hasta el dÃa de su muerte en enero de 2014. Lo que Sharon dejó, en términos militares, es una zona de castigo, una zona de bombardeo donde el ejército israelà puede descargar todo su poderÃo. Esto es asà porque al no haber colonos judÃos en Gaza como los hay en Cisjordania, Israel puede bombardear la Franja sin que haya ciudadanos israelÃes en la lÃnea de fuego amigo, ni a la merced de la ira de sus vecinos bombardeados.
Además, Gaza es gobernada por la agrupación Hamas. Aunque democráticamente elegida en enero del 2006, veinte dÃas después de que Sharon cayera en coma, Hamas no reconoce a Israel y no renuncia al uso de tácticas terroristas en su lucha armada asimétrica contra el estado judÃo. Hamas es considerada una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea. Entonces Israel puede bombardear tranquila, sin temor a la condena internacional, más allá del tirón de orejas y el llamado de rigor de Naciones Unidas exigiendo un alto el fuego.
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Al no poner en riesgo a la población israelà ni pagar un costo a nivel internacional, para todos los gobiernos israelÃes que sucedieron al de Sharon bombardear e invadir la Franja ha sido una opción no sólo aceptable, sino necesaria, la única respuesta posible a las actividades terroristas de las milicias palestinas.
Pero como en la Franja de Gaza hay 1,600,000 palestinos hacinados en un terreno de diez por cuarenta kilómetros, cualquier ataque masivo contra supuestos blancos terroristas necesariamente produce muertos heridos y desplazados entre la población civil, y asà han muerto en los últimos años cientos de niños, mujeres y ancianos masacrados por las bombas.
En los nueve años entre la desconexión y la actualidad ya hubo cuatro operativos militares israelÃes a gran escala en la Franja Gaza. Los nombres que el ejército israelà le puso a estas operaciones reflejan el creciente desagrado que sus resultados producen.
La primera operación fue bautizada con un nombre irónico, sobrador, casi un Palestina-decime-qué-se-siente: "Operación Lluvia de Verano." En esa ofensiva murieron 226 palestinos, más de la mitad de ellos civiles. Fue en respuesta al secuestro de un soldado en un puesto fronterizo durante un asalto en el que murieron otros dos soldados israelÃes. Esa acción habÃa sido en respuesta a un bombardeo de barco israelà en una playa de Gaza en el que murieron siete vacacionistas, incluyendo cuatro niños. Ese ataque a su vez era en respuesta al lanzamiento de cientos de cohetes desde la Franja al otro lado de la frontera, que habÃa causado la muerte de once israelÃes entre 2004 y 2007. Los cohetes respondÃan al bloqueo económico y militar de la Franja, que a su vez respondÃa a la elección de Hamas.
La segunda operación, la más devastadora, tuvo un nombre pensado para meter miedo: "Operación Plomo Fundido." Ocurrió entre diciembre del 2008 y enero del 2009. Esta vez fue consecuencia de una escalada que empezó con el bombardeo de unos túneles que conectaban a la Franja con el Egipto que entonces gobernaba Hosni Mubarak. Israel acusó a Hamas de usar los túneles para transportar armas, Hamas dijo que los túneles se usaban para ingresar ayuda humanitaria. Al ataque de los túneles Hamas respondió con cohetes. Entonces Israel bombardeó los escondites de los lÃderes de Hamas, Hamas tiró cohetes, más bombardeos selectivos, más cohetes y asà hasta "Plomo Fundido."
Al igual que "Lluvia de verano", "Plomo Fundido" incluyó una primera fase de bombardeos masivos y después una invasión terrestre. Según distintas estimaciones cerca de 1400 palestinos murieron, más de la mitad de ellos civiles. También nueve soldados israelÃes, incluyendo cinco por fuego amigo. Durante el conflicto Hamas redobló el lanzamiento de cohetes, causando la muerte de tres civiles y un militar y decenas de heridos en distintas ciudades de Israel.
La tercera operación recibió un nombre más diplomático y fue la más breve de todas, precisamente porque la intervención diplomática de último momento logró frenarla en el octavo dÃa de bombardeos, justo antes de que empezara la invasión terrestre. Se llamó "Pilar Defensivo", duró ocho dÃas y tuvo lugar en noviembre del 2012. Otra vez se debió a una escalada entre ataques selectivos contra milicianos palestinos, por un lado, y, por el otro, cohetes rústicos palestinos lanzados sin mucha eficacia contra civiles israelÃes en poblaciones fronterizas. En "Pilar Defensivo" murieron 165 palestinos, incluyendo 110 civiles, de lo cuales 17 eran menores de cinco años. Hamas respondió con una lluvia de misiles y cohetes que cayeron sobre todo el territorio israelÃ, llegando por primera vez hasta Jerusalén, causando la muerte de dos soldados y cuatro civiles. También, con una bomba en un autobús público en Tel Aviv que provocó 28 heridos, tres de gravedad. .
La cuarta operación es la que se viene desarrollando desde el 8 de julio y es la que mejor demuestra las nefastas consecuencias que tuvo la desconexión para la población civil de Gaza. Porque esta vez, a diferencia de las anteriores, el conflicto se generó en Cisjordania, no en Gaza. Fue en Cisjordania donde fueron secuestrados y asesinados los tres colonos judÃos, y fue en Jerusalén Este donde un joven palestino fue quemado vivo para vengar la muerte de los tres colonos judÃos. Sin embargo la respuesta del gobierno israelà --tanto para castigar los asesinatos de colonos judÃos como para desalentar actos de justicia por mano propia de parte de esos mismos colonos--consistió en bombardear e invadir otra vez a la Franja de Gaza. Esto es, matar a decenas de inocentes que viven ahà y destruir su infaestructura de casas, escuelas, comercios y plantas de agua y electricidad, por cuarta vez en cinco años.
O sea, Israel bombardea e invade Gaza y mata a decenas de civiles inocentes porque puede hacerlo sin poner en riesgo a su propia población civil y sin que ninguna potencia extranjera, aliada o enemiga, se lo pueda impedir. Es una decisión legÃtima porque tiene el apoyo de un paÃs que se expresa a través de sus instituciones democráticas.
Pero aunque le pongan nombres cada vez más benévolos a sus megaoperativos militares, desde la ética son indefendibles. Y cada vez más indefendibles porque la tecnologÃa no es neutra. El escudo antimisiles israelà se ha vuelto prácticamente impenetrable. Los cohetes palestinos ya no impactan en las casas y los departamentos de la ciudades israelÃes como en los tiempos de "Plomo Fundido". De miles de cohetes lanzados en las últimas semanas hasta ahora son dos los civiles muertos en territorio israelÃ, uno de ellos un contratista alcanzado por un cohete en un puesto fronterizo, el otro un beduino impactado en el desierto, fuera del alcance del escudo antimisiles. En contraste, el bombardeo israelà en Gaza que empezó hace diez dÃas ya causó más de 300 palestinos muertos y 2000 heridos, dos tercios de ellos civiles. Esta vez el operativo se denominó "Margen Protector" como para recordar que se castiga a la población de Gaza para proteger a los colonos judÃos del otro lado del RÃo Jordán.
Imposible saber si Sharon imaginó que su plan de desconexión, lejos de convertirse en una plataforma para alcanzar la paz, más bien servirÃa para castigar, disciplinar, humillar y masacrar a la población palestina mientras Israel paga un costo polÃtico y humano mÃnimo. Pero sus herederos deberÃan darse cuenta a esta altura que el problema no es militar sino polÃtico.La solución militar servirá para aplacar a una opinión pública israelà que cada tanto le exige mano dura a sus gobernantes, pero el odio que genera cada vez que bombardea a mujeres, niños y ancianos en la Franja garantiza la formación de nuevas generaciones de terroristas palestinos.
Mientras no exista la voluntad polÃtica de negociar en serio, por más que Israel despliegue y exhiba todo su gran poder militar, seguirá siendo un paÃs inseguro. Y la Franja de Gaza, desconectada, aislada y blanco fácil a partir de la maniobra de Sharon, seguirá sufriendo las devastadoras e inhumanas consecuencias de esa inseguridad poderosa, peligrosa y letal.