Música: Julio & Agosto en La Trastienda
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El vals bien podrÃa ser ese baile elegante por el que todos pasamos alguna vez, al menos una, en alguna fiesta oficiando o bien de anfitriones o mejor aún de invitados.Esperamos nuestro turno para sacar a la novia o nos agarramos con suavidad del padrino y whisky para la foto. Susurramos algo al oÃdo para hacer del ridÃculo un momento más llevadero, y nos preocupamos sobremanera por no enredarnos los pies. No es que nos resulte propio, pero tenemos con el vals ese vÃnculo primitivo que se tiene con las cosas que nos acompañan desde siempre, y nos da soporte en el camino de lo social y más aún, de la celebración festiva y compartida.
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Promediando el concierto, el primero que encuentra a Julio & Agosto como únicos protagonistas sobre las tablas de La Trastienda, una canción cuyo tÃtulo, Vals, responde al anacrónico baile, y cuya casa es el primer disco, resume la esenciaÂ
que arrastran desde entonces. Y la fiesta que proponen continúa maravillosamente.
Quizás en ese camino de melodÃas que van dibujando en el aire haya algo de la elegancia del vals. Porque el contrabajo tiene esa impronta en su tamaño colosal, porque el cuarteto de cuerdas invitado la tiene también. Porque una bandaÂ
donde hay trombón y violines tiene que ser una banda elegante en ese punto. Y en ese mismo camino de fervor musical hay músico-amigos que suben y bajan a escena. Y esa energÃa de colega hecha banjo, hecha voces, hecha cuerdas se va amalgamando y todo se transforma en la fiesta perfecta. Pero ellos siempre tan frescos, tan precisos y sinvergüenzas.
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Para no perder las buenas costumbres, la banda entera abandona el escenario y en esa "hippeada hermosa" vuelta ritual hacen estallar la distancia absurda entre público y artista y caminan entre la audiencia camino de vuelta al camarÃn al ritmo de Del Viso ¿vals popular? ¿ganas de divertirse y cantar? Algo mucho más sencillo: La casa bien, las cosas bien, tirando siempre... laralalalalaaaá!