PoesÃa: Entrevista a un joven poeta, Mikel Aboitiz
Pero de repente, dando vuelta la hoja, entendÃ
que ya habÃa terminado, que la frase anterior
era la última, el último renglón de la última página
del último capÃtulo del libro. Pensaba que seguÃa
entré de espaldas al silencio
y me perdà el final. Y me re calenté,
porque no parecÃa un final, y porque
esa misma frase me habÃa sugerido mil
continuaciones lindÃsimas a la historia,
y porque cerrar asà nomás todo eso,
es una picardÃa. Y volvà a la frase, mil veces
volvà y cada vez una continuación distinta
agonizaba y morÃa ahà mismo, enfrente de todos.*
*Un millón de epÃlogos del libro Sección de vientos.
Mikel Aboitiz nació en Marin County, California, EE.UU. en 1987. Hijo de madre filipina y padre uruguayo, creció y fue al colegio en Buenos Aires, donde reside actualmente luego de haber finalizado hace unos pocos años sus estudios universitarios en Barcelona.
"Cuando terminé el secundario empecé Bellas Artes y pensaba formarme como escultor, que era en lo que más pensaba en esa época", nos cuenta Mikel Aboitiz. "Empecé en el IUNA -agrega- y al poco tiempo me fui a Barcelona con esa intención. Pero después decidÃ, por distintas razones, estudiar Letras, y terminé la carrera de Estudios Literarios en la Universidad de Barcelona. Es una carrera muy basada en la teorÃa literaria y la literatura comparada, con bastante semiótica y algo de filosofÃa y de psicoanálisis. Hacia el final, lo que más me interesaba era la semiótica y la filosofÃa del lenguaje. Mi trabajo de final de carrera fue sobre el uso de la ironÃa en las novelas de Jane Austen, que me resulta complejÃsimo y devastador. De un modo más personal me formé como traductor, que es lo que digo cuando me preguntan qué hago, o qué soy. Me gusta mucho traducir.
Lleva editado un libro de cuentos, y su segundo libro impreso en mayo de este año por Milena Caserola se llama Sección de vientos, y es de poesÃa.
¿Qué te gusta de la poesÃa?
La posibilidad de expresar realidades muy amplias, abrumadoras, incluso devastadoras, en series breves de palabras. La idea de que el lenguaje, que se caracteriza por el intento de sistematizar el universo sobre preceptos lógicos y diferenciales, pueda ser utilizado para fines totalmente opuestos, buscando escapar la lógica, romper con la diferencia, mostrar algo que parece indescriptible (que serÃa el Todo), sin duda es un fenómeno atendible y conmovedor. Esa conmoción supongo que es lo que más me gusta de la poesÃa, y siento que es algo que se conecta con los orÃgenes del lenguaje y la humanidad también. Emily Dickinson dice "Where melody is not / Is the unknown peninsula. / Beauty is nature's fact." "Donde no hay melodÃa, es la penÃnsula desconocida. La belleza es el dato de la naturaleza." Podemos obviar la traducción, pero es tremendo lo que hace, es casi inverosÃmil. Algo que no parece poder ser expresado, algo abrumadoramente total y ajeno a lo individualmente humano, lo dice en tres frases cortas, con palabras cotidianas.
Eso serÃa lo especÃfico de la poesÃa que me gusta, después están todas las cosas que nos da el arte, que evidentemente es capaz de darnos la poesÃa: compañÃa, estÃmulo intelectual, entretenimiento, conmoción emocional o espiritual. Hay un video en youtube donde Borges, en el programa de televisión de Octavio Paz, propone hablar sobre la poesÃa a partir de la siguiente pregunta: La frase "Luna, espejo del tiempo", ¿es poética? La pregunta es casi tan hermosa como la frase, y hay algo especÃficamente poético en el verso (que Borges toma de la literatura persa), que es la conjunción breve de conceptos cotidianos para expresar una realidad que nos es abrumadora, que en cierto sentido no nos está dado comprender, sólo vislumbrar, porque estamos obligados a vivir dentro de una escala, o de una serie de escalas. Igualmente, esa escala se va ampliando o modificando. PodrÃa venir alguien a decirnos que el tiempo es un concepto mucho más amplio que una simple luna orbitando alrededor de no sé qué planeta de tal galaxia, todas cosas que empezamos a tener como muy efÃmeras. La observación cientÃfica nos está empezando a brindar mentalidades que rebasan por mucho a las relaciones tradicionales entre las personas y su entorno. Antes se tenÃa el mármol como sÃmbolo de la eternidad, y hoy en dÃa parece casi risible. ¿Cuánto puede durar un mármol, 500 mil años? Es un abrir y cerrar de ojos.
¿Te acordás cuándo te impactó una poesÃa por primera vez y cuál era?
Supongo que las primeras experiencias poéticas las sentà con letras de canciones. Mi introducción a la música fue por el Rock y el Punk, que no son géneros tremendamente importantes en cuanto al factor poético de las letras, pero siempre van saliendo frases conmovedoras, estimulantes, o transformadoras. De chico escuchaba mucho Nirvana, que no se destaca precisamente por sus letras, en el sentido de que muchas veces parece que escribió lo primero que se le ocurrió, y es importante tener una cierta confianza en la intencionalidad para leer un texto como un poema, pero muchas veces encuentra maneras muy simples de decir cosas muy complejas, o que llegan muy profundo en nuestro interior. Se pone a repetir "Grandma take me home" y a mà me parece muy fuerte esa frase, y cobra fuerza con la repetición. O dice "Rape me", que es tremendo. Hay otra que dice "Out of the ground, into the sky, out of the sky, into the dirt", que es una secuencia conmovedora.
También hay casos especiales en el rock. Los Redondos es una banda que escucho desde siempre, y lo que hace el Indio con las letras y la imaginación popular me parece fantástico, creo que comparte ciertas técnicas con Kafka, arman frases siguiendo una lingüÃstica parecida a la de los sueños, condensando y desplazando.
O sea que no hay que ir a los casos más evidentes de poesÃa musical, como Leonard Cohen o Atahualpa Yupanqui, dos poetas tremendos que me influenciaron mucho.
Pero quiero contestar mejor la pregunta, porque también es un ejercicio interesante de la memoria. Si pienso en las primeras lecciones de poesÃa "adulta" en el colegio, recuerdo pensar que lo estaban explicando todo mal, como una receta de cocina, pero no me acuerdo si tenÃa en mente algún poema que hubiera leÃdo. Sà recuerdo la primera vez que leà a Shakespeare. Era Macbeth. Creo que tenÃa como 12 y me costaba mucho entenderlo, pero la posibilidad de narrar cosas con ese lenguaje me pareció realmente mágico. Después, más entrada la adolescencia, leà mucho a Girondo, y eso me transformó bastante, aunque hoy en dÃa no lo considero muy importante para mÃ. Mi introducción verdadera a lo que entiendo por poesÃa fue con Emily Dickinson y T. S. Eliot, y ya tenÃa al menos 19 años. Un poco más tarde empecé a leer poesÃa japonesa, la tradición del haiku, y eso me marcó profundamente. Leer a William Blake fue también importante, y Walt Whitman me transformó.
¿Cuáles son tus autores favoritos?
No me considero un gran lector de poesÃa en el sentido de que no es una actividad constante de mi vida, como sà lo es la lectura de narrativa. Hay muchÃsimos poetas importantes que no leÃ, y el porcentaje de poesÃa en mi biblioteca es bastante chico. Además, hay un elemento de azar en la lista de autores que me marcaron, que no siento tan fuerte con la narrativa, creo que mi biblioteca de narrativa es más coherente o informada. Pero sà siento una relación muy Ãntima con determinados poetas que releo mucho. Los fundamentales son Emily Dickinson, Walt Whitman, T. S. Eliot, y los japoneses (Bashoo, Isa, Buson, pero principalmente Bashoo). También leo mucho a un poeta canadiense llamado Mark Strand, y algunas cosas de Rilke. Los demás los voy descubriendo de a poco, o no me vienen a la mente ahora mismo. Ginsberg, Kerouac, William Carlos Williams, son algunos nombres que surgen. En una época leÃa mucho al Nobel irlandés, Seamus Heaney, pero me cansó un poco no entender nada. Me conmovÃa muchÃsimo su manera de escribir, el talento que tiene es increÃble, pero hay zonas de la poesÃa que me convierten en un lector inferior, me parece. Me cuesta seguirle el hilo a muchos de los poetas importantes, como Derek Walcott, o Wallace Stevens. Quizá no me esforcé lo suficiente. Sé que The Waste Land resulta difÃcil para mucha gente y yo creo que lo entiendo bastante bien, aunque me costó mucho trabajo y un poco de investigación. Por otro lado, tengo una cierta francofobia que me alejó de la formación más común de los poetas y lectores de poesÃa. Entre los argentinos, hay mucho desconocido para mÃ, pero podrÃa hablar de influencias tan dispares como Alejanda Pizarnik, Fabián Casas y Macedonio Fernández, que es poeta incluso cuando escribe ensayos o chistes.
¿De qué habla Sección de Vientos?
El libro intenta explorar las distintas posibilidades de relacionarse con el mundo en clave estética, especÃficamente en una época como ésta, donde se toman por sentado ciertos preceptos que me parecen muy profundos o abrumadores. Por un lado comprendemos que el sujeto no es una figura estable, idéntico a sà mismo, sino una fuerza en constante cambio, donde confluyen todo tipo de discursos e interpretaciones previas. Todo lo que conocemos es una cadena de interpretaciones, sin realidades dadas, previas a los distintos lenguajes que manejamos, que son a su vez nuevos eslabones en la cadena interpretativa. Cada vez queda menos espacio para una idea cerrada de sujeto, o de mensaje, o de fenómeno, pero lo individual a la vez cobra más importancia en el sentido de que todos los procesos existen en función de algún tipo de observador o agente. El lenguaje cientÃfico interpreta el universo de modos muy inquietantes que yo vulgarizo en el libro porque no los entiendo completamente, al no conocer los lenguajes sobre los que se basan (en muchos casos, matemáticos). Pero me tomé esa libertad justamente porque la idea es valorar los distintos lenguajes relevantes desde su uso cotidiano y discursivo, y especÃficamente desde su uso estético.
La relación estética entre el sujeto y su ambiente, entonces, me parece lo que vincula todo el libro. Las relaciones humanas, la relación entre uno lo demás y entre uno y uno mismo, y también la relación entre uno y el proceso cósmico. En la primera parte, "La televisión de los vecinos", se encara desde un marco más social, la pluralidad de voces que conforman un grupo humano, o que conforman a cada uno de nosotros y su cambio constante. La segunda parte, "La boa constrictor", es más trágica, lo encara desde la perspectiva individual, trabajando sobre la idea de que el hecho de ser sujetos, de ser una combinación de elementos y no las demás, a la misma vez nos deja terriblemente solos. El universo para el sujeto es inaccesible, sólo le es accesible su representación y las voces que lo conforman. La tercera parte, "Sección de vientos", que considero la mejor, intenta llegar a soluciones más felices, de algún modo espirituales, que tienen que ver con la aceptación del misterio y la ambigüedad de todo eso.
¿Dónde lo escribiste?
Son textos que escribà en un perÃodo de más o menos tres años, en Barcelona y Buenos Aires, y en algunos viajes también. Escribo más que nada durante el dÃa. Las primeras horas del dÃa suelen ser las más productivas para mÃ. Si escribo algo a la noche, quizá surgen buenas ideas, pero al dÃa siguiente lo empiezo a corregir y ahà sale la forma definitiva.
La métrica parece muy libre en una primera lectura.
El ritmo y la musicalidad (que no es mucha) salen impulsivamente, siguiendo un criterio muy básico de "me suena bien/me suena mal", pero con el tiempo voy reconociendo ciertos truquitos inconscientes, o formas que se repiten, sin que yo me dé cuenta. Armando el libro me pasó de encontrar versos que en ciertos sentidos eran idénticos, y no me habÃa dado cuenta. Algunos los tuve que cambiar. Igual, no creo que la musicalidad sea una búsqueda importante para el libro, casi lo contrario. Creo que la búsqueda más significativa en el uso del lenguaje (en relación al concepto de poesÃa) tiene que ver con las cargas escondidas de la oralidad, y con encontrar lo trascendente en lo cotidiano. Hay muchos giros y expresiones coloquiales porteñas en el libro, pero no tienen ninguna intención costumbrista o regionalista, sino ese sentido de maravillarse ante lo mucho que puede decir la frase oral. Hay frases tan trabajadas y únicas que terminan significando una sola cosa. Y también está esa búsqueda de las posibilidades de vivir el dÃa a dÃa en clave estética.
¿Se conecta con alguna música?
Por un lado está lo que dije recién, de que la búsqueda musical del lenguaje poético no me parece muy acentuada en este libro. Muchos de los poemas que decidà no incluir eran mucho más musicales, nunca con métrica regular, pero sà con cadencias trabajadas, rimas internas, etc. Creo que en una época sentÃa una responsabilidad mayor hacia ese tipo de poesÃa, pero con el tiempo fui encontrando lo que más me interesa, lo que siento más Ãntimo y significativo en relación a la poesÃa que quiero escribir.
Pero por otro lado, a un nivel quizá más temático, creo que varios de los poemas están muy relacionados con el jazz, especialmente con el jazz más "experimental" o "free". Creo que el jazz como género tiende hacia esa libertad y ese caos, desde sus orÃgenes en los burdeles de Nueva Orleans, y siento muy vivo un paralelismo entre el jazz y el proceso cósmico, como lo explica la entropÃa, digamos.
No es algo que haya descubierto yo, hay una relación temática muy fuerte entre ciertos tipos de jazz y el espacio exterior, el cosmos, etc. El ejemplo más claro y que tengo más escuchado es Sun Ra. Pero creo que es algo que acompaña por lo bajo al jazz desde sus inicios.
El poema "Miles de aves" lo escribà después de una discusión sobre Miles Davis y el género del jazz. Cuando Miles empezó a innovar mucho, habÃa crÃticos muy respetables del jazz que decÃan que lo que estaba haciendo era increÃble, pero que ya no era jazz. No estoy de acuerdo, justamente lo que define el jazz, para mÃ, es esa constante mutación, esa búsqueda incesante, casi inevitable, de nuevas formas para sà mismo y su propuesta, basándose en las formas anteriores y a la vez descartándolas. Ese me parece el diagrama más acertado de los procesos que observo en el mundo.
¿Pensaste alguna vez en escribir canciones?
Hay una cita de Vonnegut, que no sé de dónde es porque la leà en Twitter, pero que me mató, dice "Virtually every writer I know would rather be a musician", "Prácticamente todos los escritores que conozco preferirÃan ser músicos". En mi caso es verdad, pero en la adolescencia me di cuenta de que la música me costaba demasiado trabajo porque tengo muy mal oÃdo, y dejé de intentar. Pero escucho un montón de música, es una constante en mi vida y es lo que más fácilmente me conmueve. Las letras de canciones, además, como supongo que le pasó a mucha gente, fueron mi primer acercamiento a algo que podrÃamos llamar poesÃa. Contestando la pregunta, nunca tuve las herramientas necesarias para cantar, escribir o componer canciones, pero siempre me interesó la posibilidad de escribir letras para que otra gente componga y cante. Hace poco ese sueño se realizó por primera vez. Un amigo, que toca en una banda buenÃsima llamada El Sonido Real, me pidió que le escribiera canciones para un proyecto solista, y ya tenemos la primera. Escribà algo con métrica regular y estribillo, pero en mi cabeza prácticamente no tenÃa música. Lo que compuso él fue mucho mejor que cualquier cosa que me podrÃa haber imaginado.
¿ EscribÃs para alguien?
Creo que muchos escritores prefieren decir que no, especialmente los que tienen público. Supongo que lo hacen por miedo a que se confunda un lector supuesto con un público atendido. Pero la literatura, como todas las artes, es una forma de comunicación. SerÃa absurdo escribir sin imaginarse al lector que se encuentra con ese texto y lo reviste de significado. El texto existe en función de esa comunicación, aunque sea un diario Ãntimo. Emily Dickinson prácticamente no publicó, pero es imposible ignorar lo mucho que el texto te interpela. Pero es un concepto muy difuso de lector. Al margen de algunos amigos que más me leen (yo además siempre voy publicando todo en mi blog, y tengo amigos que comentan), esa idea de lector es muy vaga, es como una personificación de la cultura en general, y más concretamente la cultura propia. Escribo cosas que me gustarÃa leer.