Es probablemente necesario una vez más encabezar asegurando que quien firma es autodeterminista e independentista si el término se adopta desde la perspectiva de liberar a Catalunya tanto del yugo de los poderes enquilosados españoles, como de los opresores seculares propios.

En cualquier caso no habla bien de un país que un elevado número de sus ciudadanos se movilicen haciéndole el juego y tapando las vergüenzas a los corruptos con la pantalla de la secesión como escaparate, que ese mismo segmento de población sea capaz de romperse la cara por un defraudador y ausente de compromiso social alguno como Leo Messi, y en cambio parezca impasible ante las cloacas donde se tortura y se mata.

Además de poner en evidencia cómo actúan las policías que esconden también vergüenzas y no pocas a los poderes políticos, el documental exhibido en la marca blanca de la televisión pública ha permitido captar a la perfección el grado de pasividad en el que se halla inmersa una sociedad incapaz incluso de reparar en que esos mismos policías torturadores y sus secuaces pueden algún día cebarse en cualquiera de esos mismos manifestantes que sitúan en la cúspide de CiU la solución a unos males endémicos de los que todos somos culpables por acción u omisión.

 

Allende del océano el brutal asesinato de un fiscal digno permite vislumbrar cuan voraz puede ser un Poder Ejecutivo cuando cuenta por una parte con una policía represiva domesticada y por otra con el miedo de la población a excepción curiosamente cuando se trata de ensalzar y mantener a corruptos, sus colaboradores necesarios y beneficiados de todas las guisas posibles.

Urge qué duda cabe también que el poder judicial vaya al fondo de cuestiones como la cinematográficamente denunciada en lugar de salvar su pobre imagen censurando cual monarquía bananera en beneficio propio. Es de temer sin embargo que sin el compromiso ciudadano ello resulte utopía de redes sociales que a la postre individualizan impidiendo solidaridades en clave de peligro para fabricantes de detritus...