España se ha convertido en los últimos años en el segundo país productor de porcino de la Unión Europea con 3,7 millones de toneladas solamente por detrás de Alemania. Según datos publicados por el diario El País, la Unión Europea es el principal destino exterior de las ventas del sector porcino español con el 65% del total. Sin embargo, Asia está ganando cada vez más peso en las exportaciones de cerdo. El 35% restante de la carne que se exporta se coloca en terceros países y muy especialmente en los asiáticos donde destacan por su volumen China, seguida de Corea y Hong Kong, mientras por precios el mercado más interesante es el japonés. El veto ruso a las importaciones de porcino ha obligado a los productores españoles a buscar nuevos mercados. El próximo objetivo del sector español es tomar posiciones en India y Australia.

China se ha convertido en la principal salida para las exportaciones españolas de carne y subproductos de porcino al suponer el 51% de las ventas que se realizan a países no europeos. En un primer momento, el gigante asiático se convirtió en destino de subproductos y despojos a bajos precios. En la actualidad, sin embargo, se trata de un mercado donde el grueso de las ventas lo constituyen las carnes a unos precios rentables ante la existencia en ese país de un déficit de oferta propia por problemas sanitarios en la cabaña ganadera. Esta situación obligó a las autoridades chinas a sacar a la venta carne congelada de la reserva y acudir a las importaciones. En 2015 las ventas a China crecieron por encima del 50%. Pekín tiene reconocidos actualmente a efectos de exportaciones a 20 mataderos españoles.