Opinión: Campañas Políticas, el menos mediocre antes que el más bueno

style="float: right; margin-bottom: 10px; font-weight: 600;"Wed 29th Oct, 2014

Antes de empezar, quisiera proponerles un ejercicio que puede llegar a resultarles traumático pero puede demostrar lo frágil que somos ante promesas de prosperidad.
Primero y antes de seguir leyendo, entren a youtube y vean los spots de campaña de la Alianza en las elecciones que consagraron presidente al padre del ex novio de Shakira y vicepresidente al ex novio de Solita Silveyra. Cierren los ojos, olvídense del diario del lunes y escuchen el audio como lo escucharon hace más de una década, dejando de lado
el ya conocido final cacerolero y helicopterístico del 2001. Olviden todo lo que pasó en este tiempo y concéntrense en las palabras que escuchan... ¿No los votaría ilusionado?

¿Por qué traigo este recuerdo? Porque lo maravilloso de aquella campaña fue que tuvo la simplicidad que debería tener toda campaña política que se precie de tal. Tiene que abocarse a decir todo lo que la gente quiere escuchar para contagiarla de ilusión y confianza en un futuro mejor, y estas palabras se deben acompañar con imágenes
del candidato como si fuera un héroe en un campo de batalla, un gladiador capaz de cumplir con todo lo que está diciendo; y todos nos creímos que ése gladiador era don Fernando, ya sea caminando los 100 pasos que lo separaban de la casa de gobierno, como caminando los 5 pasos en dirección equivocada en el programa de Marcelo.

A mi entender, aquella fue la última vez que presenciamos una campaña política a la vieja usanza, llena de falsas promesas y frases rimbombantes con musiquita pegadiza.
Ahora, ya no se muestran candidatos caminando por barrios pobres que ni saben que existen, alzando criaturas que le acercan desconocidos o fijándose en las encuestas cuáles son los temas que le preocupan a la gente para prometer solucionarlos. Ya nada de eso les importa. La tendencia actual es que cada candidato defenestre a los otros y su única promesa sea no hacer las calamidades que haría su rival.

O sea, ya no se basan en prometer un país mejor sino que prometen un país no peor. Es como si un técnico de fútbol que firma contrato para dirigir un club que acaba de descender, no prometa llevarlo nuevamente a la categoría que ocupaba, sino que hará todo lo posible por no descender otra categoría más. Es una especie de sinceramiento de campaña que ya está arraigado en la sociedad, no prometen nada porque todos sabemos que no van a cumplirlo. Meter el sobre en la urna es como tirar una moneda a una fuente; ya sabemos que el político no cumplirá ninguna promesa de la misma manera que la moneda no hará realidad ningún deseo, es simplemente una costumbre argentina más, como tocarse alguna parte del cuerpo si se menciona al expresidente riojano o arreglar con un billete al policía de tránsito que nos pide la cédula verde justo ese día que la olvidamos en el otro pantalón.

¿Deberemos contentarnos y conformarnos con el hecho de que son sinceros por primera vez en sus vidas? Parafraseando al negro Olmedo, si lo vamos a hacer, lo vamos a hacer bien. Entonces, si realmente quieren sincerarse, deberían empezar a utilizar en campaña frases como: "veremos si puedo hacer algo contra la inseguridad ya que a muchos delincuentes y barrabravas los uso como fuerza de choque"; "solamente un 25% de los funcionarios de mi gabinete serán corruptos"; "voy a mejorar un poquito nada más el tema de la educación porque mientras ustedes sean ignorantes a mí me va a ir mejor, y si abandonan la ignorancia entonces dejan de votarme y no queremos que eso pase" o "cuando termine mi mandato, al próximo gobierno todavía le quedará algo para robar".



Un sinceramiento así quizás no mejore el país, pero logrará un poco más de "respeto" de la población hacia sus dirigentes al ver cómo cumplen todas sus promesas.
Lejos de este sinceramiento extremo, las campañas para el año que viene se están basando puramente en elucubraciones sobre los desastres que harán los otros candidatos y a modo de ejemplo ya podemos escuchar que si gana Massa, va a bajar el satélite ARSAT 1 y peor, si gana Macri, además de bajarlo le construirá una bicisenda a su alrededor, contratando a la empresa de algún familiar en una licitación tan dudosa como la cédula verde de cualquier auto de Boudou. Si ganan los otros, dice el oficialismo, no habrá más remedios para los infectados con VIH, no habrá más planes sociales, quitarán todo tipo de subsidio, el juez Griesa será designado para la Corte Suprema y las lamparitas de bajo consumo empezarán a consumir más. Si continúa el oficialismo, asegura la oposición, habrá una devaluación gigantesca, desaparecerán los dólares y se creará un bono como en su momento fueron los Patacones, que se llamará el BoNéstor y servirá para afrontar una inflación que nos hará recordar con cariño la época de Alfonsín. No habrá más libertad de expresión, Canal 13 transmitirá 24 horas en vivo un loop de 678 bajo el nombre de "CrisTV" y Lázaro Báez creará un fondo buitre que será
el principal acreedor de la Argentina y todo terminará en default. Además, tanto para unos como para otros, siempre está bueno pronosticar saqueos para fin de año y nunca está de más la amenaza de que se viene un nuevo corralito.

 



Ni hablar sobre la posibilidad de juntar a un oficialista y a un opositor para que debatan. Estamos más cerca de tener que hacerlo en un programa de Lía Salgado con Jacobo Winograd moderando, que en cualquier programa periodístico de TV abierta o cable; sobre todo porque estos programas dejaron de existir y se transformaron en pasquines
alcahuetes, oficialistas y opositores. La objetividad pasó a ser un concepto tan raro como comer un asado en India o comprar dólares en el banco. Mientras tanto, con Twiter, Pachano y Freyre en el programa de Tinelli vamos despuntando el vicio.

Esta tendencia de las campañas no parece tener ninguna expectativa de revertirse y amenaza con profundizarse aún más. Todavía falta un año para las elecciones y cada día que pasa, las acusaciones son más disparatadas y solamente queda esperar a ver quién dice la barbaridad más linda y menos fundamentada. Todos apuestan a que será la Carrió quién lo haga, aunque nuestro circo político es una cantera inagotable de payasos dispuestos a destronarla.

Si no está de acuerdo con todo lo que acabo de escribir, tenga en cuenta que si lo hubiera hecho otro, hubiera sido mucho peor.

Links de youtube:

https://www.youtube.com/watch?v=yY3G96C6DmA

https://www.youtube.com/watch?v=VPygdsTnwxg

https://www.youtube.com/watch?v=jCWbs24znsU

https://www.youtube.com/watch?v=-B1N9jSXl6g

https://www.youtube.com/watch?v=SWdX0INQQ-M&noredirect=1

https://www.youtube.com/watch?v=81qMapJv4zU


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